Eso. Que ya no sé qué hacer conmigo.
No, no es cierto. Osea, sí, pero de eso no escribiré este día; más bien la cosa es comentar que mi blog ya tiene musiquita (gracias a Carimy que me dijo paso a paso cómo hacerlo, aunque yo suponía que era algo complicado).
Bueno, pues desde la semana pasada pudieron oir "El Marido de la Peluquera", de Pedro Guerra, que seguramente volveré a poner después.
Hoy, digamos de manera oficial, pongo "Ya No Sé Qué Hacer Conmigo", del Cuarteto de Nos, grupo uruguayo que me gusta bastante, que pude ver en vivo hace unos meses y que espero le agradé a alguien más de por aquí.
Ahí resalto en rojo las partes con las que, digamos, me identifiqué de inmediato.
Y ya.
[Ah, para oir la rolita: la opción está ahí en la columna derecha, abajo de mi perfil y antes de la lista de blogs favoritos. Y de vez en cuando pondré otras cancioncitas, así de eclécticas como yo].
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Ya No Sé Qué Hacer Conmigo
Ya tuve que ir obligado a misa, ya toqué en el piano “Para Elisa”,
ya aprendí a falsear mi sonrisa, ya caminé por la cornisa;
ya cambié de lugar mi cama, ya hice comedia, ya hice drama,
fui concreto y me fui por las ramas; ya me hice el bueno y tuve mala fama.
Ya fui ético y fui errático, ya fui escéptico y fui fanático,
ya fui abúlico y fui metódico, ya fui impúdico y fui caótico.
Ya leí a Arthur Conan Doyle, ya me pasé de nafta a gas oil,
ya leí a Bretón y a Moliere, ya dormí en colchón y en sommier.
Ya me cambié el pelo de color, ya estuve en contra y estuve a favor,
lo que me daba placer ahora me da dolor, ya estuve al otro lado del mostrador.
Y oigo una voz que dice sin razón: “Vos siempre cambiando, ya no cambias más”.
Y oigo una voz que dice sin razón: “Vos siempre cambiando, ya no cambias más”.
Y yo estoy cada vez más igual, ya no sé qué hacer conmigo.
Ya me ahogué en un vaso de agua, ya planté café en Nicaragua,
Ya me ahogué en un vaso de agua, ya planté café en Nicaragua,
ya me fui a probar suerte a USA, ya jugué a la ruleta rusa,
ya creí en los marcianos, ya fui ovo lacto vegetariano, sano.
Fui quieto y fui gitano, ya estuve tranqui y estuve hasta las manos.
Hice el curso de mitología, pero de mí los dioses se reían.
Orfebrería la salvé raspando y ritmología aquí la estoy aplicando.
Ya probé, ya fumé, ya tomé, ya dejé, ya firmé, ya viajé, ya pegué, ya sufrí, ya eludí, ya huí, ya asumí, ya me fui, ya volví, ya fingí, ya mentí.
Y entre tantas falsedades, muchas de mis mentiras ya son verdades.
Hice fácil las adversidades y me compliqué en las nimiedades.
Y oigo una voz que dice con razón: “Vos siempre cambiando, ya no cambias más”.
Y yo estoy cada vez más igual, ya no sé qué hacer conmigo.
Ya me hice un lifting, me puse un piercing, fui a ver al Dream Team y no hubo feeling.
Ya me hice un lifting, me puse un piercing, fui a ver al Dream Team y no hubo feeling.
Me tatué al Ché en una nalga, arriba de mami para que no se salga,
ya me reí y me importó un bledo de cosas y gente que ahora me dan miedo,
ayuné por causas al pedo, ya me empaché con pollo al spiedo.
Ya fui al psicólogo, fui al teólogo, fui al astrólogo, fui al enólogo,
ya fui alcohólico y fui lambeta, ya fui anónimo y ya hice dieta,
ya lancé piedras y escupitajos al lugar donde ahora trabajo,
y mi legajo cuenta a destajo que me porté bien y que armé relajo.
Y oigo una voz que dice sin razón: “Vos siempre cambiando, ya no cambias más”.
Y oigo una voz que dice sin razón: “Vos siempre cambiando, ya no cambias más”.
Y yo estoy cada vez más igual, ya no sé qué hacer conmigo.
Y oigo una voz que dice con razón: “Vos siempre cambiando, ya no cambias más”.
Y yo estoy cada vez más igual, ya no sé qué hacer conmigo.
El Cuarteto de Nos