No soy mosca, pero he de ser escarabajo, o un tipo de insecto no ya kafkiano pero sí como el del “Almuerzo Desnudo” de Burroughs [qué quieren, siempre he sido pretensioso].
El caso es que ayer, platicando con C en el messenger [no pongo su nombre porque podría malentenderse que ella también es un insecto y aunque a veces me lo hace creer con sus imágenes photoshopeadas, yo sé que no es así], me diagnosticó como un caso típico de peperepeo [o cosa peor, digamos peperepeo agudo o mutado, que ya es decir bastante]. Pero yo tuve la culpa, por preguntón.
Platiqué con C alrededor de tres horas, a ratitos. Cuando regresé a mi compu, a las 7 de la tarde, ya se había ido. Dejé la ventana del messenger abierta y continué mis actividades y ya como a las 9 de la noche sólo puse a hibernar la lap y me fui con unos amigos.
Ya en la madrugada, hace un rato, en mi casa, he prendido la compu nuevamente para terminar unos pendientes y apagar correctamente mi sesión. Es entonces que veo la ventana de la charla con C y releo esa plática. Ahora me muero de risa y de vergüenza por todo lo que ahí dije.
¡Mira que ser un peperepo no tiene nada de orgullo, valdría más ser mosca monterrosiana!, pero ante tamaña evidencia no se puede hacer mucho, es como cuando eres niño [o adulto, que es peor] y todo mundo te descubre probando el merengue del pastel con un dedo: ¿cómo dices que no lo hiciste? Ahora cómo niego al peperepo que soy.
C tenía escrito junto a su nick del messenger que recién se había salvado de peperepear gracias a un amigo suyo. Y en eso, el bocotas de Carlos llega y le pregunta ingenuamente “¿y qué es peperepear?”
Como aquí tengo abierta toda la conversación con C, voy a reproducir el fatídico descubrimiento-revelación de la cosa que soy. Lo relato y apago la compu, porque ahora sí ya me tengo que ir a dormir [van a dar las 4 de la mañana].
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Yo: C, ¿qué es peperepear?
C: pon tu barbilla un poco hacia arriba... mira al frente... comienza a mirar de izquierda a derecha...
Yo: ja, ay ídola, las cosas que me haces hacer
C: hazlo un poco más rápido... como si estuvieras perdido... eso... eso es peperepear... agrégale que tengas tiempo limitado... y en vez de hacer lo que tienes que hacer... peperepées
Yo: ah, no recuerdo haber hecho eso antes
C: es que eres muy listo... eso sólo lo hacemos seres limitados... neto... cuando lo haces más de una vez a la semana es de preocuparse
Yo: sospecho que no entendí bien... ¿es algo así como el oso Yogui?
C: peperepear... es babosear... pendejear... mirar de un lado a otro y no saber qué hacer... y siempre peperepea uno en el momento menos indicado... el caso es que habemos personas que físicamente lo hacemos notorio... digo, todos nos equivocamos... pero habemos a quienes se nos nota a leguas cuando andamos en la lela
Yo: yap, ¿y quién fue el famoso Peperepo que le dio su nombre?
C: esa es buena pregunta... hace tiempo que mi prima y yo hablamos de peperepear... pero no recuerdo el fundamento grecolatino de nuestro término
Yo: a mi me pasa que luego voy a algún lado y a mitad del camino olvido a dónde, entonces me regreso y ya en la regresada me acuerdo y voy de vuelta... ¿eso es?
C: sí!!!!!... sólo que tú no lo haces con los ojos... sino con las piernas
Yo: ¡¡¡mira!!!... oops... chispas, y a mi sí me pasa eso más de una vez a la semana
C: <---- peperepeo clásico