lunes, febrero 28, 2005

Crónica del Concierto II

Primer concierto de Kusturica y The No Smoking Orchestra en México, para no olvidar

Solecito El cineasta sólo fue un miembro más de la banda, que embrujó a los 3 mil 800 asistentes

JORGE CABALLERO

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The Great Balaban, Nelle Karajilc y Nenad Gajin, en plena actuación; al fondo, Nexo Blaccbird FOTO Francisco Olvera

Los antiguos sonidos de Los Balcanes puestos al día y mezclados con música ska, rock, electrónica y pop hicieron explosión la noche del viernes en la presentación de Emir Kusturica y The No Smoking Orchestra en el Salón 21, provocando una locura desenfrenada/generalizada en los 3 mil 800 asistentes. Sonido impresionante, directo a los genitales, epidermis y neuronas a lo largo de 120 minutos donde nunca hubo nivel medio, únicamente máximo.

La actuación formó parte de su gira La vida es un milagro, mismo título del más reciente filme del cineasta, que se presentó en el Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México, al lado de sus clásicas cintas Tiempo de gitanos, El sueño de Arizona, Había una vez un país, Gato negro, gato blanco y Súper 8.

El grupo mexicano Los Shajatos sirvió de telonero a The No Smoking Orchestra durante 40 minutos. Su propuesta musical pasó casi desapercibida, excepto para los aferrados que tomaron las primeras filas. Sólo en sus dos últimas rolas, impregnadas con un cierto punch, hicieron que la gente se animara, pero sólo un poco.

Todo era expectación. Por fin, después de una moderada espera, a las 22:20 horas, The No Smoking Orchestra apareció en el escenario y la fascinación llegó con las primeras notas del unza-unza (como la banda ha bautizado su música). Nadie perdía detalle de lo que ocurría en el escenario.

La atención se centró en la estrella principal de la noche, Emir Kusturica, que poco a poco se fue diluyendo hasta convertirse en un integrante más de la banda. Con ropas vistosas los 10 integrantes: Zoki Miloshevic (acordeón), Alexander The Great Balaban (tuba), Nelle Karajilc (voz), Dejan Sparavalo (violín), Stribor Kusturica (batería), Glava (bajo), Nenad Gajin (guitarra), Nexo Blaccbird (sax), Her Dralle (percusiones) y Emir Kusturica (guitarra) performearon el escenario en todo momento, resguardados por un buen juego de luces, actos de magia y mucha música.

El encargado de dar la bienvenida fue el vocalista Dr. Nelle Karajilc, con un potente "hola", quien para iniciar tomó un altavoz y cantó Djindji rindji bubamara.

El ambiente era óptimo, todo mundo festejaba y bailaba cuando sentían las ráfagas de música de la banda: algunos sacaron sus mejores pasos de ska para combinarlos con saltos y manos en lo alto, no había ningún lugar estático.

Sobre el escenario también desfilaron varias chicas que compartieron canciones románticas como Evergreen y Black cat, white cat. Inclusive, hubo dos que sostuvieron a lo alto un arco donde dos ardientes violines, tocados por Kusturica y Sparavalo, corrieron a una enorme velocidad, para sacar el alarido de los fanáticos. Fue precisamente Sparavalo quien, en actos de magia, cambio tres veces seguidas de vestuario, mientras que de su violín seguían saliendo notas que enloquecieron a la concurrencia.

También incluyeron los temas Ibro dirka, Lubenica, Sanela, Drang nach osten y algunos de los que se incluyen en la banda sonora de la más reciente película del cineasta, como In the beginning, Moldavian song y Dying song.

Nelle anunció el final de la actuación: "Llegamos ayer y todavía tenemos el mareo del vuelo, por fortuna el show es corto", el público entendido le respondió con un contundente ''no''.

La banda salió para interpretar dos canciones más, que fueron insuficientes para saciar el milagro que el público estaba presenciando. Kusturica y sus músicos se reunieron para dar las gracias ante la enorme respuesta del público.

The No Smoking Orchestra dejó en los ojos y oídos de los asistentes una fascinante experiencia difícil de olvidar.


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