domingo, agosto 06, 2006

Lulú

Mi gusto por el cine se debe en mucho a españoles como Saura, Almodovar y desde luego a Bigas Luna.

Cuando empecé a ir solo al cine, una de las primeras películas que vi fue "Las Edades de Lulú", de Juan José Bigas Luna, en el cineclub del Instituto Mora, cuando iba en la prepa.


Qué iba a saber yo para entonces de directores, argumentos, fotografía, actuaciones, etc. Lo que me enganchó fue "el descubrimiento" de un mundo nuevo.

A ver si me explico, "Las Edades de Lulú" significó:

1.- Mi inicio en el cine de autor, ya que después me dediqué a ver todo lo que hacía Bigas Luna y por extensión me hice aficionado al cine español.
2.- Mi inicio en el cine erótico, ya que a mi gusto esa película logra situarse con mucha habilidad en la frontera entre el erotismo y la pornografía.
3.- Por supuesto, Lulú me acompaña todavía como un recuerdo de esa adolescencia.
4.- Pablo se convirtió en un héroe y desde luego que quería ser como él cuando creciera.
5.- La novela la leí algunos años después y también me fascinó.



Ayer volví a ver la película, que ya conseguí en DVD, aunque no en la edición original, que está muy cara y difícil de conseguir en México.



Ahora puedo reproducir tres de los momentos que más me gustan de la película [sólo me falta conocer en persona a Bigas Luna, a Almudena Grandes y a Francesca Neri; sería fabuloso que eso pasara]:

Primer diálogo, Lulú adolescente e inocente, con Pablo, el mejor amigo de su hermano, varios años mayor que ella:
-Pablo, quiero que sepas que nunca me he acostado con nadie
-Pero si no vamos a acostarnos en ninguna parte, no hace falta.
-Quiero decir que soy vírgen.
-¡No me digas!

Segundo diálogo, Lulú sentada en un viejo sofá, con el vestido levantado; Pablo hincado frente a ella:
-¿Qué vas a hacerme?
-Te voy a dejar mucho más guapa de lo que estás aún.
-No, por favor.
-Mira Lulú, tienes que tranquilizarte.
-No...
-Lulú, cuando se juega en serio hay que respetar las reglas del juego.
-Pero si yo no estoy jugando a nada.
-¿Cómo no estás jugando? Estás jugando, pero tú no te das cuenta. Eres una niña casi perfecta; si me dejas terminar, lo serás del todo.

Tercer diálogo, Lulú llorando, Pablo junto a ella, ambos acostados en el sillón:
-Lulú, quiero que me prometas dos cosas que recordarás siempre: la primera es que el sexo y el amor no tienen nada que ver... la segunda es que lo de anoche fue un acto de amor.
-No entiendo.
-Da igual, prométemelo.
-Te lo prometo.
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